sábado, 20 de junio de 2015

CELEBRACIÓN DE SAN ANTONIO DE PADUA EN LAS CLARISAS DE MEDINA DE RIOSECO

CELEBRACIÓN DE LA FESTIVIDAD DEL GLORIOSO SAN ANTONIO DE PADUA EN NUESTRO MONASTERIO

 



         Como cada año, también este año hemos celebrado la festividad del Glorioso San Antonio de Padua en nuestro Monasterio, con una gran solemnidad y una gran asistencia de devotos y fieles a los diversos cultos que hemos celebrado en nuestra iglesia conventual.
            También este año hemos celebrado un solemne Triduo predicado en honor de nuestro hermano San Antonio de Padua. El predicador fue el religioso Franciscano Menor Fray Modesto, miembro de la Comunidad que tienen estos religiosos en el Pº de Zorrilla de Valladolid y que, durante unos años,  fue  nuestro Asistente espiritual Provincial y, lo hizo, con una gran ilusión y alegría, un gran dominio del tema y una gran elocuencia que a todos entusiasmó. Este religioso es el que presidió las Eucaristías que cada día celebrábamos a las 19 de la tarde y en las que, además de la homilía, recitábamos también los ejercicios de la novena.
            A estas Eucaristías, además de toda la Comunidad, asistió un buen número de devotos y fieles y las religiosas las amenizaron con el cántico de unas apropiadas canciones al caso.
            El día de la Fiesta del gran San Antonio, además del predicador participaron en la Eucaristía el párroco y sacerdotes del pueblo y otros sacerdotes que vinieron, la iglesia se abarrotó de Fieles y Devotos y contamos también con la presencia de nuestro Excelentísimo Alcalde y miembros de nuestro ayuntamiento. Al final de la Eucaristía se bendijo y repartió el pan de los pobres entre los asistentes y se concluyó con una gran procesión por el jardín exterior del Monasterio. A esta procesión asistieron, ordenadamente y cantando, todos los fieles y devotos que habían asistido a la Eucaristía.

            Una vez que finalizó la procesión, todos los que habían asistido a la misma, por la Hermanas Clarisas, fueron invitados a participar en el ágape fraterno preparado con amor y primor por ellas y que fue servido en el jardín exterior del Monasterio. A esta invitación acudieron todos y, mientras degustaban las diferentes viandas preparadas por la Clarisas hablaron y comentaron de lo mucho que les había gustado no solo la Eucaristía a la que acababan de asistir, sino también todo el Triduo y de los ricas y sabrosas que estaban las cosas que las religiosas les habían ofrecido en el ágape fraterno y las bebidas con que las habían acompañado.
            Después de invertir un tiempo en la degustación de este ágape fraterno y dar las más rendidas gracias a las religiosas, todos se retiraron a sus casas, con la promesa de regresar el año que viene.
                                               Fray Bernardino Román, Franciscano Conventual

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