jueves, 21 de junio de 2012

INICIACIÓN EN NUESTRO MONASTERIO A LA VIDA RELIGIOSA DE LAS JOVENES TANZANAS


INICIACIÓN EN NUESTRO MONASTERIO A LA VIDA RELIGIOSA DE LAS JOVENES TANZANAS: PRISCA ROMÁN Y JANETH RAYMONDI

            El Domingo día 17 de junio, a las 18 horas, en la iglesia conventual de nuestro Monasterio se celebró una solemne Eucaristía, al final de la cual, tuvo lugar la VESTICIÓN,  INICIACIÓN A LA VIDA RELIGIOSA CLARIANA y PRINCIPIO DEL NOVICIADO de las dos jóvenes Tanzanas: PRISCA ROMÁN y JANETH RAYMONDI.
Esta Eucaristía fue presidida por el religioso franciscano conventual, Fray Bernardino Román, confesor de la Comunidad y fue concelebrada: por otros dos religiosos franciscanos conventuales, el párroco de la ciudad y el franciscano Fray Modesto, que es el delegado de las religiosas Clarisas; y, además, asistió como turiferario, el Seminarista que presta sus servicios en el equipo sacerdotal que atiende a esta ciudad de los Almirantes. La ceremonia fue preparada con esmero y delicadeza y con ella se imprimieron unos cuadernillos, a color, que fueron repartidos entre todos los asistentes para que la pudieran seguir con atención  y que ellos llevaron como grato recuerdo de la misma
En el altar que estaba ricamente engalanado, además, del Ministro Celebrante y de los concelebrantes, se colocaron, a la derecha del mismo, las dos jóvenes tanzanas ataviadas como novias, acompañadas por la Madre Abadesa y la Madre Maestra de Novicias; y el coro de la comunidad recreó sonoramente la ceremonia con sus voces y sus bellos cantos.
La iglesia Conventual, aunque era Domingo por la tarde, se encontraba bastante concurrida por fieles, que siguieron con emoción, alegría y un profundo silencio religioso la ceremonia y sólo al final de la misma prorrumpió en un atronador aplauso que fue intenso y prolongado
El Ministro celebrante, en la homilía  manifestó con cálidas y emotivas palabras: el por qué del acto que estábamos celebrando; les pidió a las jóvenes novicias que siempre se esforzaran por hacer realidad las tres enseñanzas que nos ofrecían los textos de la liturgia del día y de la Ceremonia; les animó a que siempre tuvieran muy presentes en su vida  el hábito del que iban a ser revestidas y los libros que les iban a entregar y que eran, la Regla y la Constituciones y la Liturgia da las Horas y que siempre vivieran en total sintonía con los mismos; y, finalmente,  les manifestó  su más sincera enhorabuena por la valentía y profunda fe que ponía de manifiesta en el acto que iban a dar, les animó  a permanecer fieles al paso que iban a dar y, por último,  pidió a todos los asistentes que siempre las tuvieran muy presente en sus oraciones para que el Señor siempre las protegiera y, nuestra Madre la Virgen, las tutelara
Al final de la solemne Eucaristía y de la Ceremonia, el celebrante principal, todos los concelebrantes, las hermanas de la Comunidad y todos los asistentes, dieron a las nuevas novicias el abrazo fraterno en un ambiente hondamente religioso y profundamente emotivo, mientras se les entregaba un sencillo recordatorio del acto.
Como punto final a todo, en el jardín exterior del Monasterio, se sirvió a todos los asistentes un sencillo y fraterno ágape franciscano, al que asistieron todos y durante el cual por doquier se escuchaban elogiosos comentarios de lo que se acababa de vivir y la firma promesa de que siempre rezarían por la perseverancia de estas nuevas novicias. Como cronista, mi deseo es que el Señor escuche y haga hermosa realidad estas promesas.

                                   Fray Bernardino Román 

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